La justicia de la Ciudad del Vaticano ha condenado al sacerdote Carlo Alberto Capella, exconsejero de la nunciatura en Washington, a 5 años de prisión y a pagar cinco mil euros por posesión y tráfico de imágenes de pornografía infantil.
De acuerdo con la oficina de prensa de la Santa Sede, Capella admitió en el juicio celebrado el pasado viernes en la pequeña sala del único Tribunal del Vaticano, haber traficado con pornografía infantil a través de una red social porque se encontraba en un momento de “conflicto interior, un sentido de vacío y de inutilidad”.
El sacerdote había sido hasta ahora un diplomático con una buena carrera y unan proyección mejor. Había servido en las sedes de India, Hong Kong y en la Secretaría para las Relaciones con los Estados en el Vaticano, hasta recalar en la nunciatura de Washington.
Su estancia en la capital de los Estados Unidos, donde tenía poco trabajo y amigos, y mucha soledad, le empujó a caer en esa actividad.
“Fueron el origen de actos compulsivos de consultas impropias en Internet de cosas que hasta ahora no habían nunca atraído mi interés”, argumentó durante el interrogatorio.
El juez instructor del Tribunal del Estado de la Ciudad del Vaticano abrió diligencias en septiembre de 2017.
El 9 de junio dispuso su envío a juicio al considerar que el Vaticano era competente para juzgarlo porque se trata de un funcionario de la Santa Sede.
Capella, que se encontraba desde el pasado 7 de abril en arresto por la Gendarmería del Vaticano, acusado de posesión de pornografía infantil.
El juicio y la condena de monseñor Capella es una prueba más del compromiso del Papa Francisco con la lucha contra la pederastia y la pedofilia en las filas de la Iglesia, una de sus banderas principales de su acción desde que accediera al Papado en marzo de 2013.